Medellín,
Este trabajo –ganador en el año 2003 del premio IDEA a la investigación histórica en Antioquia- muestra la complejidad del proceso de la instauración de la ginecología y la obstetricia en nuestro medio durante el periodo comprendido entre 1870 hasta 1930. La autora explica este proceso a partir de la implantación local de unos argumentos científicos racionales e ilustrados sobre la fisiología de las mujeres, su anatomía y enfermedades. Muestra también las condiciones de la paulatina medicalización de las mujeres gestantes y parturientas, las rupturas y novedades de la práctica medica durante el nacimiento, mientras hace aparecer un entramado de relaciones en el orden social, jurídico, religioso y moral, para presentar, de manera privilegiada, una figura rara vez estudiada en Colombia: las “comadronas” o “parteras”, y un nuevo objeto en historia: el “dolor de parto”. Aquí, se hace visible lo que no era del dominio público, pero si estaba arraigado de forma estructural en la mentalidad colectiva de las sociedades de la época. Una práctica empírica velada pero reconocida y no exenta de peligros, que planteaba enfrentamientos y resistencias para ceder el “arte de los partos” –un dominio tradicional de mujeres en las penumbras de los cuartos matrimoniales- a una biopolítica interesada en la reproducción del cuerpo social, en las condiciones de la procreación, y en los resultados de los nacimientos de la población.
Historia Crítica No. 31, Bogotá, enero-junio 2006, pp.214
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