jueves, 24 de mayo de 2012



Las doce hipótesis de una estrategia altermundista1


Gustave Massiah
Setiembre de 2010


Para evidenciar la coherencia y los temas controvertidos de la estrategia del movimiento altermundista, proponemos doce hipótesis sobre el análisis de la situación actual y sobre los proyectos de transformación priorizados por el movimiento altermundista.

Primera hipótesis
La situación se caracteriza por una crisis global. Es ante todo una doble crisis interrelacionada: la del neoliberalismo y la del capitalismo
Es una crisis del neoliberalismo como fase neoliberal de la mundialización capitalista. Esta fase, que comenzó a inicios de los años 80, está hoy día agotada. Es una crisis del sistema capitalista en sí, iniciada por la profunda crisis que vivimos actualmente. Esta crisis, multidimensional, abre una posibilidad de ruptura de un ciclo mucho más largo, de más de cinco siglos; el que construyó una civilización capitalista y occidental.

Segunda hipótesis
La crisis actual que se presenta como una crisis financiera, monetaria y económica, tiene fundamentos mucho más profundos. Es una crisis social, democrática, geopolítica y ecológica, y de forma global, una crisis de civilización
Es una crisis social, de las desigualdades, de la pobreza y las discriminaciones. Es una crisis democrática, la del cuestionamiento de las libertades y la igualdad en todos los ámbitos donde conocieron avances. Es una crisis geopolítica, la de la descolonización inconclusa y de la contestación de la hegemonía de los Estados Unidos y sus aliados europeos y japoneses. Es una crisis medioambiental, en la que se llega a los límites del ecosistema planetario.
Cada una de las dimensiones de la crisis hace emerger los problemas no resueltos de las anteriores crisis que la dinámica del capitalismo consiguió retener sin darles solución.

Tercera hipótesis
El movimiento altermundista conlleva una lógica antisistémica con relación a la lógica dominante.
Con relación a la lógica del sistema neoliberal, el movimiento altermundista cuestiona la subordinación a la racionalidad del mercado mundial de capitales y el ajuste estructural de cada sociedad al mercado mundial. Con relación a la lógica sistémica del capitalismo, cuestiona la propia naturaleza del crecimiento y de la mercantilización, en constante aumento, subordinando todos los aspectos de la vida a la búsqueda del lucro.
El movimiento altermundista a través de las resistencias, las luchas sociales y ciudadanas, la contestación cultural, la batalla de las ideas contribuyó a profundizar las contradicciones del sistema y a su crisis.

Cuarta hipótesis
El movimiento altermundista es un movimiento histórico de emancipación que prolonga y renueva los movimientos históricos de los periodos anteriores: los movimientos históricos de la descolonización; por las libertades, de las luchas sociales; la ecología.
Retoma tendencias de larga data redefiniendo los desafíos a partir del cuestionamiento por el neoliberalismo de equilibrios históricos.
El movimiento histórico de la descolonización cuestionó el equilibrio y el sentido del mundo. Fue combatido por el neoliberalismo a través de la gestión de la crisis de la deuda, los programas de ajuste estructural y la perversión de los regímenes de los países descolonizados.
El movimiento histórico por las libertades y por la igualdad había transformado el mundo con el siglo de las “Luces” y luego con la revolución de las nacionalidades; tomó nuevas dimensiones con el movimiento por las libertades de 1965 y 1973, con el cuestionamiento de los totalitarismos y de las opresiones, particularmente la opresión de las mujeres. El neoliberalismo intentó recuperarlo a través del individualismo y el consumismo. El movimiento histórico de las luchas sociales, estructuró la historia del capitalismo. Oponiendo, desde los inicios del sistema capitalista la burguesía al campesinado y a las clases populares urbanas; cobró toda su dimensión con el movimiento obrero a partir del siglo XIX y en las luchas revolucionarias de inicios del siglo XX. El neoliberalismo, por su parte, desarrolló la precarización y una mundialización fundada en el dumping social generalizado.

Quinta hipótesis
La orientación estratégica del movimiento altermundista es el acceso a los derechos para todos y la igualdad de derechos a escala mundial. Cobra todo su sentido con el imperativo democrático.
Esta orientación caracteriza la naturaleza anti-sistémica del movimiento. Éste opone el acceso a los derechos para todos a la lógica del neoliberalismo. Opone la igualdad de derechos, a escala mundial, a la lógica del capitalismo. A la afirmación de que no podemos organizar el mundo sino a partir de la regulación por el mercado mundial de capitales, el movimiento contesta que podemos organizar cada sociedad y el mundo a partir del acceso a los derechos para todos. A la afirmación de que no podemos organizar el mundo sino a partir de relaciones sociales determinadas por la propiedad del capital, el movimiento responde que podemos organizar cada sociedad y el mundo basándonos en la igualdad de derechos.
La orientación estratégica sobre el acceso a los derechos está necesariamente relacionada con el imperativo democrático, que cobra una intensidad particular en el periodo actual en el que las libertades están en entredicho y donde la igualdad es cuestionada como valor.

Sexta hipótesis
El movimiento altermundista reivindica la implementación de cuatro generaciones de derechos que fueron creados por cada uno de los movimientos históricos: los derechos civiles y políticos, los derechos económicos, sociales y culturales, los derechos de los pueblos y los derechos ecológicos. Cada periodo histórico retomó para sí, completó y renovó los derechos formalizados en los anteriores periodos.
Las grandes declaraciones del siglo XVIII, explicitaron y formalizaron los derechos civiles y políticos. Y la Declaración Universal de los Derechos Humanos los completó. Los derechos de las mujeres los renovaron. A lo cual se sumó el rechazo de los totalitarismos y la articulación de los derechos individuales y los derechos de los pueblos.
Los derechos económicos, sociales, culturales y medioambientales fueron priorizados por la DUDH y completados por las políticas públicas de la post-guerra y por el Pacto Internacional de derechos económicos, sociales y culturales (PIDESC). Los derechos de los pueblos, sobre todo los derechos a la autodeterminación, al control de los recursos naturales y al desarrollo fueron formalizados por la ONU y explicitados en la Carta de los Derechos de los Pueblos.
Una cuarta generación de derechos está en gestación. Abarca los derechos “ecológicos” y corresponde a la redefinición de las relaciones entre la especie humana y la Naturaleza. Incluye los derechos a controlar la mundialización y la renovación de los derechos civiles y políticos, fundamentalmente los derechos de los migrantes y de libre circulación. Abarca también la renovación de los derechos en el marco de un universalismo universal.

Séptima hipótesis
El movimiento altermundista, formado por la convergencia de movimientos sociales y ciudadanos, prioriza una cultura política basada en la diversidad y la horizontalidad.
La diversidad procede de la legitimidad de todos los movimientos que luchan contra la opresión y que inscriben esta lucha en un proyecto de emancipación. El movimiento puso en marcha un proceso, el de los foros sociales mundiales; los cuales se organizan en base a los principios de las actividades autogestionadas, al
rechazo de las autoridades autoproclamadas, a la búsqueda de consensos y a la democracia participativa.
La referencia a “otro mundo posible” expresa el rechazo de la fatalidad, de las teorías del “fin de la historia”, de “guerra de civilizaciones” y de la pretensión neoliberal “there is no alternative”.

Octava hipótesis
Las bases sociales del altermundismo y sus alianzas dependen de los desafíos del periodo, de las salidas que se presentan a la crisis: el neoconservadurismo de guerra; la refundación del capitalismo a través de un “green new deal”; la superación del capitalismo.
Las bases sociales en el caso del neoconservadurismo de guerra atañen a todos aquellos que quieren luchar contra la barbarie, la represión, los regímenes autoritarios y las guerras. El neoconservadurismo de guerra se presenta como una salida para todos aquellos que quieren mantener, cueste lo que cueste, los privilegios del neoliberalismo. Las bases sociales y las alianzas con relación a la refundación del capitalismo y al “green new deal” están formados por todos los movimientos que luchan por el acceso a los derechos a escala mundial.
Las bases sociales para la superación del capitalismo están formadas por los partidos y movimientos que están comprometidos en las luchas por la igualdad de derechos.En lo inmediato, las alianzas agrupan a los que se oponen al neoconservadurismo de guerra.
Los principios generales se definen a la escala de la crisis, de la globalización. Las alianzas concretas dependerán de las situaciones de las naciones y de las grandes regiones. A más largo plazo, y si se consigue apartar el peligro del neoconservadurismo de guerra, la confrontación enfrentará a los defensores del “green new deal” y a aquellos que proponen la superación del capitalismo.

Novena hipótesis
El debate sigue en el foro sobre varios temas estratégicos, especialmente sobre los temas del poder y lo político. La apuesta es inventar nuevos vínculos entre la cuestión social y los movimientos y entre el ámbito político y las instituciones. El imperativo democrático la piedra angular de este replanteamiento.
La interrogación se concentra en primer lugar en el carácter contradictorio del Estado, entre el servicio a las clases dominantes y el interés general, sobre la crisis del Estado Nación y sobre el papel del Estado en la transformación social.
Se interroga también sobre la naturaleza del poder y sobre la relación al poder. En los procesos emprendidos, sobre todo con relación a la violencia, las modalidades de la lucha por el poder pueden prevalecer sobre la definición del proyecto y marcar profundamente la naturaleza de la transformación social. La cultura democrática es en éste ámbito determinante. El cuestionamiento de la dominación pasa por la confrontación de la hegemonía cultural. Toda transformación social se enfrenta a un rechazo por parte del poder dominante. No hay cambio social sin ruptura, sin discontinuidad en las formas de lo político y del poder. Esta ruptura y su control posible constituyen la apuesta fundamental de todo cambio social. El debate sobre las orientaciones generales y las aplicaciones en las situaciones específicas está al centro de los debates del movimiento altermundista.

Décima hipótesis
La crisis global abre oportunidades para el movimiento altermundista. Estas oportunidades articulan, de forma urgente, un programa de mejoras inmediatas, a más largo plazo, un espacio de transformación radical.
Las oportunidades permiten identificar, siguiendo varios grandes ejes, las mejoras inmediatas posibles, por un lado, y por otro, las transformaciones radicales en términos de nuevas relaciones sociales, de fundamentos de nuevas lógicas y de líneas de ruptura.
La regulación pública y ciudadana permiten redefinir las políticas públicas; abren la discusión sobre las formas de propiedad y sobre la evolución fundamental del trabajo.
La redistribución de las riquezas y el retorno del mercado interno abren la posibilidad de una estabilización del salariado, de una garantía de ingresos, de una protección social y un mejor acceso de los servicios públicos; permite la igualdad de acceso a los derechos y la relación entre el estatus social del salariado y su evolución desde el punto de vista de la relación social.
La urgencia ecológica precisa medidas inmediatas para la preservación de los recursos naturales, especialmente el agua, la tierra, la energía, la biodiversidad y el clima; abre la discusión sobre la mutación del modo de desarrollo social.
El modelo de representación política necesita la redefinición de la democracia, el rechazo de la discriminación y de la segregación social; plantea la reflexión sobre las nuevas formas de poder y de la política.
El reequilibrio entre el Norte y el Sur define una nueva geopolítica del mundo; abre una nueva fase de descolonización.
Una nueva regulación mundial redefine el sistema internacional; plantea la regulación de la transformación social a escala planetaria y la perspectiva de una ciudadanía mundial.

Onceava hipótesis
Los análisis y las propuestas discutidas en los foros sociales mundiales se han utilizado, desde el inicio de la crisis, como argumentos en la batalla de ideas. Pero no se han impuesto en las políticas implementadas. El movimiento altermundista, junto con las recomendaciones inmediatas, avanza nuevas propuestas que articulan la salida del neoliberalismo y la superación del capitalismo.
La crisis global se reconoce hoy como una crisis del neoliberalismo; la discusión sobre la crisis del sistema capitalista ha entrado de lleno en el ámbito público. Las recomendaciones inmediatas (control del sistema bancario, regulación pública y ciudadana, supresión de los paraísos fiscales, impuestos internacionales, etc.) se imponen en el debate pero edulcorados, incluso ignorados, para no afectar a los intereses de las clases dominantes.
En los foros sociales mundiales, varios temas articulan las nuevas orientaciones susceptibles de reformas inmediatas y alianzas amplias y las nuevas aperturas hacia alternativas radicales. Entre estos temas, citemos los del bien común, la gratuidad, el bienestar, la demercantilización, la relocalización, la hegemonía cultural y el poder político, la democratización radical de la democracia, la construcción de un “universalismo universal”, el estatus político de la humanidad, etc.

Doceava hipótesis
El movimiento altermundista está sumido en una reflexión global, de renovación del pensamiento de la transición y en la busca de soluciones políticas que correspondan a las diferentes situaciones. Propone articular las respuestas en función del tiempo, la urgencia y la duración; del espacio, de lo local a lo global; de las formas de intervención. Impulsa frontalmente las luchas y las resistencias, la elaboración intelectual, la reivindicación de las políticas públicas que apuntan a la igualdad de derechos, las prácticas concretas de emancipación.
En cuanto a las escalas de espacio, existen interdependencias entre lo local, lo nacional, las grandes regiones, lo global y lo planetario. Cada propuesta se enfoca en base a cada nivel, ya se trate de la hegemonía cultural, las relaciones internacionales, económicas, geopolíticas y ecológicas, la democratización, los equilibrios económicos y geoculturales, el poder político, los Estados y las políticas públicas, las prácticas concretas de emancipación o la relación entre población, territorio e institución.
En cuanto a las formas de intervención, el movimiento altermundista impulsa acciones a través de cuatro modalidades que se explicarán en la última parte del libro. Las luchas y las resistencias permiten defenderse y crear. La elaboración permite comprender el mundo para transformarlo. Las políticas públicas son un espacio de conflictos y negociaciones. Las prácticas concretas de emancipación, a todos los niveles, desde el nivel local hasta el nivel mundial, pasando por la escala nacional y regional, construyen alternativas y prefiguran nuevas relaciones sociales.

Como todo sistema, el capitalismo no es eterno. Hubo un inicio y habrá un final. Su superación es una cuestión actual. Es necesario desde ahora comenzar a esbozar y preparar otro mundo posible.


Notas:

1. Extracto de Gustave Massiah, Una stratégie Altermondialiste, Ediciones La Decouverte, publicado en enero del 2011


miércoles, 16 de mayo de 2012

El movimiento altermundialista nació de la oposición al neoliberalismo. Se fue construyendo, a inicios de los años ochenta, en medio de las luchas y resistencias a las políticas neoliberales. Puso de manifiesto la lógica del sistema neoliberal y contribuyó a generar conciencia sobre su naturaleza y sus consecuencias. Sus análisis quedaron ampliamente confirmados por la crisis global que se tornó evidente a partir de 2008 y que revela la existencia de un vínculo entre la crisis del neoliberalismo y la crisis del propio sistema capitalista.
Está en curso un debate estratégico en el movimiento altermundialista; debate que constituye una de sus prioridades.
El movimiento debe responder a tres interrogantes. Primero: ¿cómo luchar contra los peligros del neoconservadurismo? Segundo: ¿cómo aprovechar las oportunidades creadas por esta crisis? Desde ese punto de vista, la tercera interrogante es cómo situarse con respecto a las contradicciones entre la refundación del capitalismo y su superación.
El propósito de este libro es presentar la coherencia de ese debate, a partir del cotejo de las estrategias de los diferentes componentes del movimiento. Esas estrategias se desarrollan en el marco de los foros sociales, que son el espacio abierto de los debates, donde se reflejan su diversidad y sus innovaciones, así como también sus límites.
  
Gustave Massiah es ingeniero, urbanista y economista. Integra el Consejo Internacional del Foro Social Mundial desde los inicios del mismo.
Fue presidente del Centre de Recherche et d’Information pour le Développement (CRID), vicepresidente de ATTAC (Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y por la Ayuda a los Ciudadanos) y miembro fundador de la Association Internationale des Tech-niciens, Experts et Chercheurs (AITEC) y del Centre d’Etudes et d’Initiatives de Solidarité Internationale (CEDETIM).
Desde los años sesenta participó del movimiento anticolonialista francés, antiimperialista y de solidaridad con el Tercer Mundo, ha participado activamente en acciones de solidaridad con el mundo árabe y África subsahariana, con los pueblos de Chile, Argentina y Uruguay durante las dictaduras y con el norte de África.