La práctica médica en el Ferrocarril de Antioquia, 1875-1930
Antioquia, esta región construida conceptualmente por las ciencias sociales como una forma de representación del despliegue económico y esa cierta autonomía política y cultural con la que se la caracteriza, es puesta de nuevo en la mira de la historia. Sí, de nuevo la historia de Antioquia en juego, pero ahora ya no se trata de la tradicional acción reconstructiva de esos hechos pasados de la clase empresarial que la historiografía oficial ha convertido en elemento de "identidad" de todo un pueblo.
Este libro de Libia Restrepo, ciertamente, desarrolla una temática que concierne a una empresa, pero sin hacer historia empresarial. Una empresa del Estado, quizá la más representativa de ese "espíritu emprendedor" de los "antioqueños" en el siglo XIX y el siglo XX; una empresa moderna, cuya contribución al desarrollo económico, no sólo de la región, sino de todo el país, es indiscutible.
El trabajo de Libia Restrepo está ubicado de otro lado de la "historia empresarial", y constituye en realidad una arqueología de las estrategias de producción y control social; está lejos de esa mirada sobre la acumulación de capital, la constitución empresarial y el éxito económico como factor de enriquecimiento familiar y de progreso local y regional; que no constituyen en ningún momento el propósito de la autora.
La práctica médica en el Ferrocarril de Antioquia de
En este sentido, el libro de Libia Restrepo, que a buena hora ha publicado
El libro que hoy los lectores especialistas y los no especialistas tenemos la oportunidad de conocer; sintetiza, en sus 151 páginas, un factor de dinámica económica de las empresas, que en este caso cubre a los médicos, el discurso médico y la práctica médica. Son cinco capítulos en los cuales se da cuenta de la construcción del Ferrocarril de Antioquia, de las condiciones de trabajo de los obreros, su procedencia, las dificultades de adaptación a los terrenos de la obra, los problemas de salud que afectaron a los trabajadores y la población vecina, las políticas de salud adoptadas por la empresa y la creación de hospitales como solución médica y sanitaria a la presencia reconocida de enfermedades endémicas y epidémicas en la región del Nus y el Magdalena medio.
Después de hacer una detallada descripción de las condiciones de trabajo en el ferrocarril, la autora dirige la mirada hacia los obreros, se pregunta por su procedencia y los reglamentos de trabajo que hicieron característica esa relación laboral entre obreros, capitanes y directivos de la empresa.
Por este camino, y quizá por ser el Ferrocarril de Antioquia una obra pionera que debió enfrentar condiciones medioambientales muy adversas, que no habían sido dominadas en Colombia entre finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, se hicieron visibles para la historiadora los problemas de salud de los trabajadores de terreno y la necesaria organización de la empresa por remediarlos. La conservación de la mano de obra, siempre activa y rendidora, implicó para la empresa del ferrocarril la ejecución de una política de salud y la implementación de un servicio médico, mediante la organización de un pequeño aparato sanitario permanente, bajo la responsabilidad de un "médico jefe", que debió contrarrestar la cultura del curanderismo, particularmente en el caso de las picaduras de serpientes venenosas, pero también luchar contra los temores culturales a la intervención médica, particularmente contra el miedo a la vacunación. En este sentido, la autora resalta la importancia del departamento médico del Ferrocarril de Antioquia y su influencia en el proceso de la construcción y funcionamiento.
El médico antioqueño que se hizo famoso por ocupar ese importante cargo de jefe de la medicalización en la empresa del Ferrocarril de Antioquia, fue Emiliano Henao. Para este médico, trabajar al servicio de una empresa preocupada fundamentalmente por la capacidad laboral de los obreros, se convirtió en un esfuerzo por hacer compatible la mirada de la empresa con la mirada del médico. A Henao, como médico, le interesaba atender al problema de las enfermedades. Si la empresa contaba a diario el número de obreros disponibles en el trabajo, el médico contaba enfermos y enfermedades, estudiando el origen de éstas y los medios para remediarlas o evitarlas.
Libia Restrepo resalta la importancia del médico Emiliano Henao como jalonador de este proceso, en cuanto fue él quien ideó, justificó y fortaleció, con su saber y experiencia, la consolidación del departamento médico del Ferrocarril de Antioquia. Henao y sus colaboradores son personajes que la autora saca del anonimato, reconociendo en esta historia su contribución médica en la instauración de una nueva forma de apropiación de la higiene personal y colectiva, realizando una labor pedagógica impositiva con los obreros, y colocará a la higiene en una esfera más preventiva y de responsabilidad social.
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