Carlos Alfonso Velásquez Romero, La esquiva terminación del conflicto armado en Colombia, Medellín, La Carreta Editores, 2011, 304 páginas.
(Publicada en Revista de Ciencias Sociales N°41 de la Universidad de los Andes)
En este libro de Carlos Alfonso Velásquez sobresale la originalidad de la investigación desarrollada, en el sentido de que pese a tratar un tema que ha sido trajinado durante los últimos tres o cuatro lustros, lo hace desde una perspectiva ampliamente dinámica desde varios puntos de vista, que tienen la virtud de ser complementarios.
En primer lugar, utiliza la historia como fuente de validación metodológica, ya que además de ser una ciencia social, esta disciplina sirve para constatar los análisis derivados de los acontecimientos sociales. Este uso de la historia como fuente de validación es el fundamento de la dinámica múltiple que posee a este trabajo y que constituye su principal cualidad.
En segundo lugar, acude a mirar el problema tratado desde la perspectiva del Estado, en este caso centrado en el trascurrir político de los gobiernos que enmarcan la temporalidad establecida en razón del tema seleccionado, que va desde la presidencia de Julio César Turbay (1978-1982), hasta la actual de Juan Manuel Santos, considerada en el Epílogo.
En tercer lugar, le agrega a la perspectiva política un factor poco usual en estos trabajos, pero que cuando se trata se hace generalmente con visiones superficiales o sesgadas, producto del desconocimiento en materias militares. La experiencia de varias décadas de ejercicio militar profesional del autor hace invaluable su contribución, en especial porque lo hace sin el sentido apologético que caracteriza los escritos de militares en servicio activo y en retiro.
En cuarto lugar, el trabajo mira también –de manera simultánea– el problema de estudio desde el ángulo de la insurgencia, en particular de la guerrilla de las Farc, a lo largo de los cambios que ha tenido esta agrupación, en medio de las diversas respuestas del Estado a tales cambios y de la inserción de esta guerrilla en la sociedad. La mirada simultánea de estos dos frentes que interactúan de manera antagónica añade al contexto del estudio elementos que alimentan la dinámica y la riqueza del análisis.
En quinto lugar, un factor adicional del análisis es la estrategia, que bien tratado es escaso en las investigaciones académicas sobre las confrontaciones armadas, más aún si éstas se adscriben a la guerra irregular. La importancia de la estrategia radica en su necesario entronque con lo político, en el sentido de que son las relaciones de poder en el Estado las que definen qué curso toman las políticas gubernamentales frente al conflicto armado, como de manera teórica y práctica lo hace el autor.
En sexto y último lugar, el trasfondo del análisis es la búsqueda de la paz. El mismo título del libro, La esquiva terminación del conflicto armado en Colombia, traduce las innumerables pifias políticas y militares cometidas a lo largo de más de las tres décadas de confrontación en las que transcurre el análisis de la investigación. En medio de tales fallas, en el texto se observa el condicionante externo, en particular la influencia de Estados Unidos, que en buena parte de las circunstancias de búsqueda de paz condicionó su fracaso.
Al tener en cuenta esta búsqueda de la paz, el libro es una enseñanza valiosa para todos aquellos que de alguna manera estén interesados en alcanzar este objetivo en el país. Sin embargo, este interés por una paz duradera tiene diversas facetas, incluidas algunas que de manera contradictoria no sólo no han contribuido a ella sino que han servido para estimular el conflicto. El libro muestra tales facetas que, dada su repetición, explican en buena parte lo esquiva que ha sido la terminación de la confrontación armada.
Una de esas facetas se refiere a que en un contexto formal de democracia liberal, como es el colombiano, las decisiones políticas recaen en las autoridades civiles que, por esta razón, tienen la obligación de orientar el accionar militar. Sin embargo, durante largos años y sustentadas en una supuesta convivencia democrática, estas autoridades le sacaron el cuerpo a la obligación de formular directrices para las instituciones armadas del Estado, llevando a sus mandos a asumir tareas políticas que no les corresponde.
Los pocos intentos de las autoridades civiles de orientar la política militar fueron fallidos, en buena parte debido a la autonomía en el manejo del orden público que generaron las instituciones castrenses aprovechando las circunstancias de la época. Esta autonomía relativa fue propiciada por el uso recurrente de la excepcionalidad constitucional del estado de sitio. Esta figura despertó la tentación de los gobiernos de buscar ‘soluciones fáciles’ por la vía de la represión para los crecientes problemas derivados de la violencia política, como fue el caso del ‘Estatuto de Seguridad’ durante el gobierno de Turbay, con el que comienza el libro.
Como afirmé en el prologo del libro de Carlos Alfonso Velázquez, reitero la necesidad de que quienes estén interesados en que el país salga del embrollo en que se encuentra, con una sociedad polarizada ideológicamente y una violencia cada vez más extendida y diversificada, hagan una lectura cuidadosa de esta publicación, con el fin de que mediten sobre las posibilidades de aportar a su esquiva solución.
Francisco Leal Buitrago
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